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MEDITACIONES - OSHO - Encuentra tu propia voz







Si eliges siguiendo tu propia inclinación, de acuerdo con tu propia intuición...[la voz interior] es muy fuerte en los niños, pero, poco a poco se vuelve más débil. Las voces de los padres y los profesores, de la sociedad y del cura, se vuelven más y más fuertes. Ahora, si quieres averiguar por tu voz, tendrás que pasar por una multitud de voces.

Simplemente mira hacia adentro. ¿A quién pertenece esta voz?. a veces es la de tu padre, a veces es la de tu madre, a veces es la de tu abuelo, a veces es la de tu profesor, y todas esas voces son diferentes. Solo hay una cosa que no serás capaz de encontrar fácilmente: tu propia voz. Siempre ha sido suprimida. Se te ha dicho que escuches a tus mayores, que escuches al cura, que escuches a los profesores. Nunca se te ha pedido que escuches a tu propio corazón.

Tú llevas contigo una pequeña y apacible voz propia, que no ha sido escuchada y que , en medio de la multitud de voces que te han sido impuestas, es casi imposible de encontrar. Primero tendrás que liberarte de todos esos ruidos y lograr una cierta cualidad de silencio, de paz, de serenidad. Solo entonces ella vendrá, y te sorprenderá (saber) que tú también tienes tu propia voz. Siempre ha estado ahí, como una corriente subterránea.

A menos que hayas encontrado tu inclinación natural, tu vida va a ser una tragedia muy, muy larga, desde que naces hasta que mueres. Las únicas personas que han sido felices en el mundo, son las personas que han vivido de acuerdo con su propia intuición y se han rebelado contra cualquier esfuerzo hecho por otros para imponer sus ideas. Por muy valiosas que puedan ser esas ideas, son inútiles porque no te pertenecen. La única idea significativa es la que surge de ti, la que crece en ti, la que florece en ti.

Primer paso:¿Quién está hablando, por favor?

Hagas lo que hagas, pienses o decidas, pregúntate a ti mismo:¿Eso viene de mí o está hablando alguien más?

Te sorprenderás cuando encuentres la voz real. Quizás es la de tu madre: la escucharás hablar otra vez. Quizás es la de tu padre: no será en absoluto difícil detectarlo. Sigue grabada en tí, exactamente como te fue dada la primera vez: el consejo, la orden, el mandamiento, la norma. Puede que encuentres mucha gente: los curas, los profesores, los amigos, los vecinos, los parientes.

No hace falta luchar. Al saber simplemente que esa no es tu voz si no la de alguien más - quien quiera que sea - sabrás que no la vas a escuchar. Sin importar las consecuencias, buenas o malas, ahora has decidido moverte por cuenta propia, has decidido madurar. Ya has sido bastante como un niño. Ya has dependido lo bastante . Ya has escuchado todas esas voces y las has seguido lo bastante. Y, ¿a dónde te han llevado? A la confusión.

Segundo paso: Gracias...y adiós!

Una vez sabes de quién es la voz, agradece a la persona, pídele que te deje solo y dile adiós.

La persona que te transmitió esa voz no era tu enemigo. Sus intenciones no eran malas, pero no es un asunto de intenciones. El asunto es que él impuso algo en ti que no viene de tu fuente interior, y todo lo que viene de fuera te hace un esclavo psicológico.

Una vez hayas dicho con claridad a esa cierta voz: 'déjame solo', tu conexión con ella, tu identificación con ella se rompe. Te podía controlar porque tú pensabas que era tu voz. Toda la estrategia estaba en la identidad. Ahora sabes que no son tus pensamientos, que no es tu voz; es algo fuera de tu naturaleza. Reconocerlo es suficiente. Libérate de las voces que hay en tu interior y pronto te sorprenderás al escuchar una voz tranquila, diminuta, que no has escuchado nunca antes...(tendrás) entonces un reconocimiento súbito de que esa es tu voz.

Siempre ha estado allí, pero es una voz muy tranquila y diminuta que nunca has escuchado antes, porque fue suprimida cuando eras un niño pequeñito, y la voz era muy pequeña, sólo un brote, y se cubrió con todo tipo de desperdicios. Y ahora continuas cargando todos esos desperdicios, olvidando la planta, que es tu vida, que está viva todavía, esperando que la descubras. Descubre tu voz y luego síguela sin miedo.

A donde sea que te lleve, ésa es la meta de tu vida, ése es tu destino. Solo allí encontrarás plenitud, complacencia. Solamente allí florecerás, y en ese florecimiento se da el saber".

Osho


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SER UNO MISMO





En una ocasión Bankei estaba trabajando en su jardín.

Llegó un buscador, un hombre que buscaba a un Maestro, y preguntó a Bankei:

- Jardinero, donde está el maestro? Bankei se rió y dijo:

- Espera. Atraviesa esa puerta dentro encontrarás al Maestro.

El hombre dio la vuelta y entró. Vio a Bankei sentado en un trono, era el mismo hombre que había visto fuera, el jardinero.

El buscador preguntó:

- Estás tomándome el pelo? Baja de ese trono. Lo que haces es sacrílego, ¿es que no tienes respeto por tu maestro?

Bankei bajó, se sentó en el suelo y dijo: - Bueno, ahora lo tienes difícil. No vas a encontrar a ningún maestro por aquí, porque yo soy el Maestro.

Al hombre le resultaba difícil ver que un gran Maestro pudiera trabajar en el jardín, que pudiera ser ordinario. Se fue. No pudo creer que aquel hombre fuera el Maestro; perdió su oportunidad.

Todo el mundo teme no ser nadie. Sólo unas cuantas personas curiosas y extraordinarias no tienen miedo de no ser nadie, como Gautama Buda o Bankei.

Un nadie no es fenómeno ordinario; es una de las mayores experiencias de la vida: eres y al mismo tiempo no eres. Eres pura existencia sin nombre, sin dirección, sin limites.. ni pecador ni santo, ni inferior ni superior, sólo silencio.

La gente tiene miedo porque su personalidad desaparece ante una persona así; su nombre, su fama, su respetabilidad, todo desaparece; de ahí viene el miedo.

Pero la muerte se va a llevar todas esas cosas de cualquier modo. Los sabios permiten que todo eso caiga por sí mismo. Entonces a la muerte no le queda nada que llevarse. El miedo desaparece porque la muerte no puede venir a ti; no tienes nada para ella. La muerte no puede matar a quien no es nadie.

Cuando sientes que no eres nadie, te vuelves inmortal. El nirvana es esa experiencia de la nada, el silencio absoluto sin alteraciones, sin ego, sin personalidad, sin hipocresía; sólo silencio... y los insectos cantando por la noche.

De algún modo estás aquí, y, sin embargo, no eres.

Estás aquí por tu vieja asociación con el cuerpo, pero si miras dentro no eres. Y esa comprensión, donde hay puro silencio y puro ser, es tu realidad, que la muerte no puede destruir. Ésta es tu eternidad, es tu inmortalidad.

No hay nada que temer. No hay nada que perder. Si piensas que vas a perder algo - tu nombre, tu respetabilidad, tu fama - has de saber que no valen nada. Son juguetes infantiles, no son aptos para personas maduras. Y ya es hora de que madures, de que simplemente seas.

Tu "ser alguien" es muy pequeño. Cuanto más eres alguien, más pequeño eres; cuanto dejas de ser alguien, más grande eres.


Sé absolutamente nadie y serás uno con la existencia misma.


OSHO